El estatus social o «status quo» es eso que te impulsa a llenar tu perfil de Facebook con todas esas fotos espectaculares de tus vacaciones donde te ves muy feliz. El estatus social te obliga a verte igual o mejor que un cierto grupo de personas con las que tienes una relación cercana.
Sin embargo, mantener ese estatus social puede resultar bastante costoso, particularmente para tus aspiraciones de lograr tu libertad financiera o la acumulación de riqueza en el futuro.
Leyendo el libro «El Millonario de al lado» (Next Door Millionaire) de Stanley y Danko, encontré una afirmación sorprendente: «es más difícil que alguien con un alto nivel educativo se vuelva rico debido a que tiene que cumplir con las expectativas de la sociedad». Reflexionando un poco este dicho me he dado cuenta que tiene mucho de verdad; la sociedad (familia, amigos, colegas de trabajo) espera que un doctor, abogado, ingeniero, etc. luzca como tal: que tenga una casa en cierta zona, que maneje un automóvil de cierta marca y que vista de cierta manera. Por otro lado, las personas que estudian mucho, comienzan «tarde» su vida económica productiva ya que es complicado estudiar y trabajar a la vez; y una vez egresados se sienten presionadas para comenzar a obtener todas esas señales que le dirán al mundo «soy un profesional exitoso».
La mayor parte de las personas altamente educadas (y las que consiguen un buen puesto de trabajo) gastan una parte muy importante de sus egresos en pasivos que los «ayudan» a mejorar su estatus social: una casa más grande, un mejor automóvil, ropa más fina e incluso una pareja más atractiva. Ninguno de esos «accesorios sociales» te ayudará a volverte rico; ni siquiera para aspirar a lograr la tan deseada libertad financiera. Por el contrario, estos pasivos (cosas que sacan dinero de tu cuenta) erosionan tu capital y tus esperanzas de una vida financiera sana y segura.
Las personas que pueden vivir fuera de un estatus social (bajo sus propias reglas) no se sienten obligadas a aparentar un cierto nivel de vida ante los demás. Ellas son capaces de decidir como administrar su dinero. Las personas con inteligencia financiera pueden ahorrar un porcentaje más grande de sus ingresos para invertirlos en activos (cosas que ponen dinero en tu cuenta mes con mes) y es precisamente mediante la acumulación de activos (los que generan ingresos pasivos) que se puede aspirar a lograr la libertad financiera.
Debe estar conectado para enviar un comentario.