Satisfacción personal.
Cada vez me convenzo más de que uno de los grandes objetivos de la vida es valorar y aprovechar cada día para hacer algo que valga la pena, por ejemplo, ser feliz.
No estoy seguro si mi concepto de «felicidad» sea el mismo que el tuyo. No creo que la felicidad se trate de un estado de euforia similar al que provocan ciertos eventos como ganarse un premio, casarse o incluso tener relaciones sexuales. Ciertamente este tipo de eventos pueden ser enormemente satisfactorios e importantes para las personas pero realmente su duración es bastante corta.
Para mi, la felicidad real es alcanzar un estado de tranquilidad y paz mental y emocional, generados por una vida equilibrada a partir de relaciones humanas saludables, estabilidad financiera, y un trabajo donde se puede contribuir de alguna manera con otras personas y con la sociedad en general.
Sin embargo, lo anterior es únicamente una plataforma básica desde la cual se puede tener un mejor acceso a la felicidad. La felicidad completa normalmente debe ser «aderezada» por otros pequeños detalles de la vida como muestras de cariño y apoyo, convivencias familiares, vacaciones, pasatiempos y otros.
El hecho de no contar con una plataforma base de felicidad hace más difícil que estos detalles puedan ser disfrutados de forma plena. Por ejemplo, si tienes grandes problemas financieros, probablemente no podrás disfrutar al máximo de una reunión con tus amigos. Cuando mucho, esta podría funcionar como un simple distractor para tu situación real.
Como todas las cosas importantes de la vida, la felicidad cuesta mucho trabajo. Esta se construye día con día mediante un uso disciplinado de tu tiempo para establecer las mejores condiciones o la plataforma base desde la cual será más sencillo acceder a los estados de satisfacción personal de manera más frecuente.
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