A pesar de que en este artículo haga referencia específica a la problemática social de México, es muy probable que la situación sea muy parecida o similar en muchos otros países latinoamericanos.
En México creo que no hemos equivocado en un punto muy importante: la mayoría pensamos que el problema del país es solo el mal gobierno que tenemos, (incluyendo por supuesto al ejecutivo, legislativo y judicial), sin embargo, considero que nuestro problema va mucho más allá: en México tenemos un problema cultural que incluye a un enorme porcentaje de ciudadanos que diariamente participamos en actos de irresponsabilidad, corrupción, y otros delitos por más pequeños que estos sean, y lo peor de todo es que nos justificamos pensando que otros actúan peor. Hay una profunda hipocresía cultural al respecto.
Si bien es cierto que los gobiernos tienen una enorme responsabilidad sobre la situación del país, también es cierto que los gobernantes son emanados de una sociedad carente de algunos principios fundamentales. Para cambiar a este país es indispensable que sus ciudadanos cambiemos antes; que aceptemos la responsabilidad que nos corresponde. Necesitamos muchos más líderes sociales formados con los principios fundamentales. No estoy hablando precisamente de formar a cientos de Mahatma Ghandi, pero si de miles de ciudadanos con niveles de conciencia, responsabilidad y participación social mucho más elevados, capaces de influir de forma positiva y constructiva en sus propios entornos. Hay que recordar que las células más fundamentales de la sociedad son las familias, pero también todas y cada una de las pequeñas comunidades sociales en las que participamos: con nuestros colaboradores en el trabajo, con nuestros amigos, etc.
Los valores presentes en nuestra sociedad no son más que el reflejo de los valores presentes en nuestras familias, en las empresas y otras organizaciones. Es en estas pequeñas comunidades donde los nuevos líderes sociales podrán tener una influencia mucho más importante. Para valorar nuestro nivel de participación personal actual, bien valdría la pena hacernos preguntas como las siguientes: ¿Qué tan positiva es nuestra influencia en cada uno de los pequeños grupos sociales a los que pertenecemos? ¿Qué estamos haciendo para mejorar nuestros entornos familiar y laboral? ¿De que manera ayudamos a los integrantes de nuestros grupos sociales? ¿Estamos ahí para servir a los demás o para causarles problemas? ¿Reconocemos las buenas acciones de las personas o simplemente nos ocupamos de criticarlos por sus errores? ¿Estamos realmente fomentando los principios y valores correctos en nuestros entornos sociales?
Muchos podremos preguntarnos ¿de que sirve que solamente sea yo quien se comprometa a mejorar mientras que el resto de la gente se sigue comportando igual o tal vez peor?
Solamente con el hecho de que tu te conviertas en un líder social con influencia positiva, los resultados pueden ser enormes:
- Tu familia tendrá una vida mejor.
- Tu propio ambiente laboral mejorará.
- Cada uno de los integrantes de tus grupos sociales se verán beneficiados (probablemente 20, 30 o 50 personas)
- Cada uno de los integrantes de tus grupos sociales podrían comenzar a ser una buena influencia dentro de sus propios grupos sociales.
- Tu vida será mejor
- Finalmente, es muy probable que no seas el único que este deseoso de mejorar su entorno social.
La decisión para mejorar es tuya.
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Felicidades por el blog, yo quiero una revolucion, pero que beneficie a mexico y no una que nos haga que nos demos en la madre unos a los otros. Y aparte para que esperarnos hasta el 2010 si desde ahorita nos ponemos las pilas ya empezaremos a ver los cambios.